“Nada debilita más los huesos que no someterlos a ninguna tensión, por eso es fundamental dejar que los niños salten, la fuerza a la que se somete el hueso al aterrizar lo fortalece”.
“Los niños van instintivamente, de forma natural, a estas prácticas, un niño siempre corre prácticamente lo más rápido que puede, naturalmente el niño salta, trepa, cruza, trepa, y hace esto constantemente”.
“Evitarles cualquier choque, cualquier riesgo de lesión, de ensuciarse, de cansarse, es privarles de los estímulos que necesitan”.